martes, 3 de marzo de 2015

El cordón umbilical y su limpieza

El cordón umbilical

Una de las cosas que más preocupan a los padres, especialmente a los primerizos, es cómo curar el cordón umbilical del recién nacido.

Cuando nace el bebé se le corta el cordón umbilical que le unía a la placenta y se le coloca una pinza para evitar que sangre. El muñón del cordón umbilical se desprende del vientre del recién nacido entre la segunda y la tercera semana de vida y tarda entre 3 y 5 días más en cicatrizar la herida. No hay un plazo igual para todos los bebés, habitualmente el cordón de los nacidos por cesárea se cae más tarde.
En algunos niños puede desprenderse al quinto día mientras que en otros al vigésimo día de vida. Ambas situaciones son absolutamente normales. Sin embargo, si pasa más de un mes y el cordón aún no se ha caído, debes consultarlo con el pediatra pues puede tratarse de una anomalia.
Nos lo entregan con ese trozo de plástico sujetando un muñón de color gris amarillento que algunos padres guardarán como un tesoro una vez se haya caído. Pero hasta el momento en que se desprenda, veamos cuáles son los cuidados específicos que debe recibir el cordón umbilical.

Cómo limpiarlo

Aunque existe la creencia de que no se puede bañar al bebé hasta que se le haya desprendido el cordón, esto no es cierto. Si bien se puede limpiar al bebé con esponja y sin necesidad de sumergirlo en una bañera, no hay problema con mojar el cordón siempre que luego se seque minuciosamente la zona del ombligo.
Es importante procurar mantenerlo siempre limpio y seco para favorecer la caída y prevenir infecciones, ya que el muñón puede convertirse en un foco de infección del cuerpo del bebé.

Cómo curarlo

Con respecto a si hay que utilizar algún producto y cuál o cuáles utilizar para curar el ombligo del bebé hay diversas opiniones. Hay pediatras que recomiendan solamente mantenerlo limpio y seco, que con ello es suficiente y algún día se caerá de todas formas, mientras que otros sugieren utilizar antisépticos dos veces al día.
El producto más extendido para curar el cordón umbilical, por accesible y barato, es el alcohol de 70 grados. El alcohol normal es de 90 grados, pero se recomienda el de 70 por ser más suave para la delicada piel del bebé. Se debe envolver el cordón en una gasa estéril embebida en alcohol. Mejor gasa que algodón pues éste puede dejar restos pegados y nunca aplicar el alcohol directamente sobre la piel del bebé.
Por ejemplo, el Mercurocromo y mercurobromo (líquido desinfectante de color rojo) puede usarse, pero no es lo mejor. En ocasiones se utiliza en combinación con el alcohol, pero no debe usarse simultáneamente con productos que contengan yodo. No es la mejor elección pues aunque en las cantidades que se aplica no es tóxico, puede provocar sensibilización de la piel y su colorido no permite observar si el cordón presentara alguna anomalía.
No usar productos a base de yodo (povidona yodada) como el Betadine pues no son adecuados para los bebés. Se absorben a través de la piel y pueden provocar problemas de tiroides por lo que son prohibidos. Tampoco deben usarse polvos de sulfamidas pues pueden producir eczemas y no evitan la infección.
Un desinfectante que sí puede ser utilizado, según recomienda la Asociación Española de Pediatría es, además del alcohol de 70 grados, la clorohexidina, un líquido transparente adecuado para evitar la infección del ombligo.

Cuidados

Debe dejarse que el cordón se caiga por sí solo, nunca tironearlo por más que esté sujeto de un hilo muy fino y creamos que está a punto de caer.
Una vez que el cordón se ha caído se debe seguir limpiando la zona hasta que esté completamente seco.
Al colocar el pañal procura que el cordón y la pinza queden cubiertas para evitar que pudiera engancharse con la ropa o al levantar al bebé.

Signos de alarma

Si bien es normal que se produzca un leve sangrado del cordon los primeros días y luego cuando se cae, debemos vigilarlo pues hay ciertos signos que pueden indicarnos que algo no va bien.
Un pequeño sangrado puede deberse al roce del pañal, pero no es normal, por ejemplo, un sangrado activo que empape la gasa. Una hemorragia, pus e hinchazón en la zona del ombligo son motivo de consulta con el pediatra.
Igualmente si presenta una secreción o amarillenta y maloliente o enrojecimiento y sensibilidad de la piel alrededor del cordón pueden ser señales de una onfalitis o infección umbilical.

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